Abusos Sexuales

Revista: ¿Por Qué?

Resumen: Las denuncias presentadas ante la SEP revelan que, en los primeros seis meses del ciclo escolar del año 2003, se presentaron 84 casos de maltrato y abuso sexual tan sólo en las escuelas públicas de la Ciudad de México. Sin embargo, entre enero y marzo de 2008 las denuncias sumaron 147 en el Distrito Federal.

El aumento de las denuncias no quiere decir precisamente que esta problemática haya aumentado, sino que la conciencia que se tiene del tema, ahora es mayor, y que se refleja en la educación sexual impartida en los cursos, que hace que tanto los niños como los padres vean su sexualidad como algo natural, es por eso que las denuncias van en aumento, porque ahora se pierde el miedo a denunciar, pero no a llevar a un fin estas denuncias.

Debido a que los padres no ratifican las denuncias por falta de asesoramiento legal o por miedo a represalias, no siguen adelante con el caso, el abuso infantil afecta cada vez más a los infantes pues aquella persona que cometió el abuso podrá seguir teniendo la libertad de dañar a más pequeños.
Aunque según Juana Camila Bautista Rebollar, fiscal de investigación en delitos sexuales de la PGJDF, este incremento se da porque cada vez hay más familias disfuncionales y la descomposición social va creciendo.La violación sexual constituye una de las formas de vulneración de derechos más extrema y afecta mayoritariamente a las mujeres. Su impacto en la vida de quienes son víctimas puede llegar a resultados fatales como el suicidio, homicidio, mortalidad materna y VIH-SIDA.
Para aquellas mujeres que no pierden la vida, las repercusiones se expanden a todos los niveles de su desarrollo personal, sobre su salud física, con heridas, embarazo no deseado, aborto, enfermedades de transmisión sexual, lesiones y problemas ginecológicos diversos, incapacidades permanentes, dolor crónico y, en general, vulnerabilidad a enfermedades o problemas de salud graves; sobre su salud mental, incluyendo depresión, miedo, ansiedad, baja autoestima, disfunción sexual, problemas de alimentación, trastorno por estrés traumático y uso y abuso de drogas.
Si bien la ocurrencia de la violación sexual se produce muchas veces dentro del ámbito doméstico o escolar y proviene de alguien del sexo masculino cercano a la víctima, el impacto que tiene sobre la vida de los abusados trasciende el ámbito familiar privado, ya que involucra a diversos agentes públicos, tales como la policía, las/os prestadoras/es de salud, las/os profesoras/es, las/os operadoras/es de justicia, entre otros.
Pese a ello, durante muchos años se ha pretendido abordar el tema como un asunto privado que se soluciona solamente entre las partes involucradas, y se niega que se trata de una violación de derechos humanos, ante la cual deben existir sanciones para el agresor y reparaciones para la víctima y en la que el estado tiene responsabilidades ineludibles.

Se reportan más de 80,000 casos al año de abuso sexual hacia niños y niñas, pero el número de casos que no se reporta es aún mayor, ya que las víctimas tienen miedo de decirle a alguien lo que les pasó y el proceso legal para validar un episodio es difícil. El problema debe de ser identificado, debe de ponerse fin al abuso y el niño debe recibir ayuda profesional. El daño emocional y psicológico a largo plazo debido al abuso sexual puede ser devastador para un infante.
El niño(a) que es víctima de abuso sexual prolongado, generalmente desarrolla una pérdida de autoestima, tiene la sensación de que no vale nada y adquiere una perspectiva anormal de la sexualidad. Además puede volverse muy retraído, perder la confianza en todos los adultos y puede llegar a considerar el suicidio.
Muchos niños que han sido abusados sexualmente tienen dificultad para establecer relaciones con otras personas a menos que estas relaciones tengan una base sexual. Algunos niños que han sido abusados sexualmente se convierten en adultos que abusan de otros niños, se dan a la prostitución, o pueden tener otros problemas serios cuando llegan a adultos.